domingo, 2 de enero de 2011

ANATOMÍA DE UN PROBLEMA ARQUEOLÓGICO: OTRA VEZ LANCIA.

Se ha escrito mucho en los últimos tiempos a propósito de Lancia. Las palabras no son inocentes, delimitan y definen los conceptos y, por lo tanto, nuestras opiniones y decisiones; así, es importante ser precisos y, a ser posible, concisos.

Los datos que a continuación se exponen proceden de:

a/ la experiencia sobre el yacimiento después de dirigir excavaciones y prospecciones arqueológicas en el mismo desde el año 1997 hasta el presente;

b/ el análisis de fotos aéreas hechas dentro de nuestra campaña habitual de prospección de 2010 y otras realizadas dentro de un proyecto de investigación europeo, La guerre et ses traces. Conflits et sociétés en Hispanie à l’époque de la conquête romaine (IIIe-Ier s. av. J.-C.), (estudios auspiciados por el Instituto Ausonius de Burdeos y por el Programa de la Agence Nationale de la Recherche (ANR) de la República Francesa: Conflits, guerres, violence) por el especialista en arqueología romana y fotografía aérea François Didierjean, del antes citado Instituto Ausonius, dependiente de la Universidad Michel de Montaigne, Burdeos III, que amablemente nos las ha cedido.


c/ informaciones orales de los vecinos del lugar;


d/ fotos realizadas sobre las excavaciones que, con motivo de la construcción de la autovía León-Valladolid, se han realizado en el verano de 2010.

Los gráficos, fotos y comentarios que siguen se organizan de la siguiente manera:

1/ Zona 1: necrópolis y vía.
2/ Zona 2: áreas industriales y hornos.
3/ Zona 3: edificio singular y aledaños.
4/ Zona 4: hábitat y edificios de almacenamiento.
5/ Zona 5: edificios indeterminados y establecimiento militar.
6/ Zona 6: vialidad y entorno.

ANTES DE EMPEZAR Y PARA CONTEXTUALIZAR EL PROBLEMA:

En primer lugar, me gustaría reflexionar, en tono menor pero también seriamente, sobre el hecho de que los datos que voy a exponer no me parecen un problema en sí mismos, sino todo lo contrario. La valoración del patrimonio, en lo que justamente se merece, debería ser un motivo que a todos alegrara y la inusual iniciativa de Carisio, que respetó una ciudad, en principio enemiga, para que quedase como testimonio de su previsible victoria, quizá también debiera servir como ejemplo que nos iluminara, desde ese pasado -tan presente- de hace más de dos mil años. Lancia es el sujeto paciente, no el problema, el problema es lo que nosotros queramos o podamos hacer con Lancia. Ni Lancia es ya el enemigo, ni existe tampoco ningún ejército conquistador. Algo tenemos ya ganado, prosigamos, así pues, desde la estricta y desapasionada moderación reflexiva.

Lo que a continuación se puede ver no se trata de elementos aislados sino de una parte sustancial del yacimiento de Lancia, estructuras que se interrelacionan entre sí, con los restos detectados desde antiguo en el alto del cerro y aún con otros de los alrededores. La visión e investigación del yacimiento se ve fuertemente mediatizada ahora, y para el futuro, con la construcción de una infraestructura que impedirá una lectura coherente y una futura puesta en valor (tremendo galicismo, por el que pido perdón inmediatamente) de un yacimiento importante, no sólo dentro de la Arqueología castellano y leonesa, sino también europea. Desde este punto de vista, la declaración como BIC (Bien de Interés Cultural) del yacimiento fue perfectamente pertinente, consecuente con las necesidades de preservación del patrimonio que contiene y lo que sorprende es que esta declaración legal de protección, auspiciada por la Administración, no haya sido capaz de proteger al yacimiento ni de la misma Administración.


Por si esto no fuera suficiente –que así debiera-, la valoración de lo hallado en las excavaciones del año 2010 presenta unas características de excepcionalidad que no se han percibido quizá por una pretendida falta de “monumentalidad” --concepto cuya sola mención causa asombro a estas alturas de la sensibilidad de protección del patrimonio– o, más matizado, pero en el fondo perteneciente al mismo campo semántico, la “escasa entidad” de la que “adolecen“ los restos.

Sin querer entrar a valorar las causas de que esto haya sido así, creo sinceramente y de forma respetuosa con todas las partes implicadas en este triste asunto, que la existencia de los restos que a continuación se citan merecen una revisión a fondo del problema y sus posibles soluciones:


1/ una importante necrópolis de largo recorrido cronológico, sólo excavada parcialmente;

2/ unas instalaciones industriales de diversas épocas con unos hornos en un estado de conservación muy superior a lo habitual; uno, al parecer, por las noticias de prensa, del siglo IV p.C. muy bien conservado, otro del siglo XVI, en un estado de conservación excepcional que quizá debiera compensar su supuesta "falta de interés" por su cronología posromana.

3/ un tramo de una de las vías más importantes de la Hispania romana, particularmente trascendental para la articulación político, administrativa, militar y fiscal de todo el noroeste peninsular;

4/ una mutatio, o edificio de postas oficiales del Servicio imperial de correos, establecido desde Augusto, que es el único conservado en toda la Península y uno de los pocos del Imperio, ya que del de Mariturri, en el País Vasco -precisamente sirviendo a la misma vía romana, lo que no parece casual, ni poco relevante-, sólo quedan las marcas en el suelo de los muros y los muchos datos recuperados en una excavación precisa y minuciosa;

5/ unas estructuras de habitación que parecen importantes por su desarrollo espacial;

6/ unos edificios (horrea) de almacenamiento, estabulación, o ambas cosas a la vez, también poco frecuentes, y quizá en conexión con la mutatio antes mencionada;

7/ y, para finalizar, un establecimiento militar que ocupa parte de los terrenos intervenidos y no detectado, salvo en sus estructuras más resistentes, al parecer pertenecientes al siglo I p.C.


Los restos mencionados, que luego se desglosan en el aparato gráfico, debieran ser suficientes, hasta tomados de uno en uno -y, cuánto más, todos en conjunto-, para replantearse un trazado que compromete seriamente la investigación y el aprovechamiento como bien patrimonial de un yacimiento complejo y, al parecer, poco comprendido.

Cualquier excusa o interés que se anteponga a las disposiciones legales mencionadas (protección BIC), o a las razones arqueológicas aducidas, deberá argumentarse desde una perspectiva de excepcionalidad que no parece aplicable al caso que nos ocupa: el de la preservación de un patrimonio suficientemente conocido, protegido por la Ley y que, en cuanto pertenece a todos, todos debemos vigilar, proteger, cuidar, estudiar y dar a conocer.

La consideración del yacimiento de Lancia como un "todo" articulado y coherente y no de la suma de partes inconexas es algo que me parece fundamental, y eso es lo que, sobre todo, ahora está en serio riesgo de perderse. Éste debe ser uno de los ejes sobre los que descanse la dignificación de los vestigios para la visita y aprovechamiento didáctico para la sociedad de unos recursos patrimoniales que recibidos del pasado debemos proteger y que, aún mirándolo con los ojos más egoístas y economicistas, no debiéramos permitir que se perdiera porque es una inversión de futuro cuyo alcance, en gran medida, desconocemos. Primum non nocere.

También quiero dejar muy claro, para finalizar, que aunque las palabras supraescritas puedan ser interpretadas como invectivas a personas o instituciones concretas -quizá por muchos lectores que me conocen poco-, esto no es en absoluto cierto, ni mi intención es esa; mi único interés es el de procurar que Lancia sea protegida y preservada en su integridad, y mis críticas están dirigidas al sistema cautelar en general (considerado globalmente, esto es, autonómico a escala nacional -con excepciones-, estatal y también europeo en algunos casos) que hace que situaciones altamente problemáticas como éstas se repitan continuamente. En concreto, en Lancia, en un proceso que dura ya más de seis años, las excavaciones se realizaron al final, con evidente falta de tiempo, necesidad de celeridad y con los accesos y tramos de autovía colindantes a la zona ya realizados, con lo que los resultados jamás, o muy difícilmente, podrían condicionar unos hechos consumados, esto es, el trazado elegido, que desde mi punto de vista –humilde y estrictamente arqueológico-, es equivocado. En resumen: que si la presencia de patrimonio arqueológico puede alterar los proyectos de infraestructuras actuales, la investigación debe preceder a los mismos y no al contrario, para no dar la impresión de que el problema son las características arqueológicas de un yacimiento dado, cuando la realidad es que el problema es exactamente el contrario: el problema es un mal proyecto, porque carece de fundamento arqueológico al haberse realizado antes de tener todos los datos en la mano, esto es, si se me permite la frase hecha, habiendo empezado la casa por el tejado.

También quiero manifestar que realmente este último debate -el de las cosas pasadas- ahora me parece secundario, ya que son hechos consumados, irreversibles y, en consecuencia, que ya no tienen solución. Lo esencial en este momento es la valoración por quien corresponda de la importancia objetiva del yacimiento y la existencia de estructuras importantes, y aún excepcionales por su rareza en la arqueología peninsular, que deberían hacer que se reflexionara seria, pausada y desapasionadamente sobre las posibles soluciones a un problema que, hay que recordarlo, Lancia no ha creado, sino sufrido.

En Salamanca, a uno de enero de dos mil once.


Fdo.: Jesús Liz Guiral.
Área de Arqueología.
Universidad de Salamanca.



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ANEXO GRÁFICO (fotos aéreas: Jesús Liz Guiral, salvo las que se indican como de François Didierjean) :


En este apartado añado las fotografías aéreas, gráficos, ejemplos de paralelos e interpretaciones sobre lo hallado. Como las fotos hablan por sí mismas he reducido al máximo los comentarios y los pies de foto.


ZONA DE NECRÓPOLIS Y TRAMO DE LA VÍA ROMANA








ZONA DE INSTALACIONES INDUSTRIALES Y HORNOS.


HORNOS:








ALGUNOS EJEMPLOS PEOR CONSERVADOS, PERO PRESERVADOS:






INSTALACIONES INDUSTRIALES:




ZONA DE LA MVTATIO.










Hipótesis provisional de funcionamiento.


Un palelo perfecto de tamaño, distribución, localización, y, para más seguridad, en la misma vía romana, en Mariturri, Álava.






ZONA DE LOS HORREA Y LAS POSIBLES DOMVS.




Fase I
Fase II (en negro)



Fase III (en azul)


Todas las trazas de las diferentes fases.







ZONA DE LAS INSTALACIONES MILITARES.




Fase I


Fase II
Todas las trazas de la zona.

Foto de los fosos del establecimiento militar (foto François Didierjean)


Foto de los fosos y su correspondencia con los restos excavados (foto François Didierjean)







EVIDENCIAS DE ESTABLECIMIENTOS SIMILARES:




Hipótesis sobre los posibles desarrollos del campamento en función del espacio disponible y la vialidad antigua.


ENTORNO Y VIALIDAD ANTIGUA. (Fotos François Didierjean)

La vía al sur y su posible bifurcación hacia la mutatio.





Zona de la probable intersección de la vía romana con las obras de la autovía en las inmediaciones de Mansilla de las Mulas, cerca del cruce del Esla (foto François Didierjean)

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